El acceso a los servicios de agua y saneamiento en espacios públicos es esencial para construir entornos limpios, seguros e inclusivos. ¿Cómo podemos desarrollar instalaciones eficientes que realmente satisfagan las necesidades de las poblaciones, especialmente de los grupos más vulnerables? El equipo WASH de SIWI, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, ha realizado estudios en las ciudades de San José (Costa Rica) y Barranquilla (Colombia) para evaluar y mejorar la implementación de instalaciones de saneamiento en espacios públicos.
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Los esfuerzos de los gobiernos en materia de provisión de los servicios básicos de agua y saneamiento han estado orientados principalmente al hogar. Sin embargo, las necesidades van más allá del domicilio y trascienden a otros espacios, como el espacio público, donde algunos pueden llegar a pasar jornadas prolongadas de tiempo.
La realización del derecho humano al saneamiento implica garantizar su disponibilidad, accesibilidad, asequibilidad y calidad, así como la seguridad, aceptabilidad, privacidad y dignidad de los usuarios en cualquier espacio en el que se encuentren. En el mismo sentido, nos urge acelerar la provisión de baños en el espacio público si deseamos alcanzar las metas de la agenda 2023, y especialmente cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 sobre agua y saneamiento para todos. Contar con instalaciones adecuadas de baños en espacios públicos contribuye, entre otros, a:
- poner fin a la defecación al aire libre y prevenir enfermedades transmisibles;
- garantizar espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, adaptados a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad;
- desarrollar zonas urbanas más limpias, seguras, acogedoras e inclusivas.
Es así como, con el propósito de establecer la situación actual del servicio de baños en espacios públicos urbanos y procurar acciones para su mejora en la región de América Latina, SIWI y el BID estudiaron los casos de las ciudades de San José en Costa Rica, y Barranquilla en Colombia.
¿Quién utiliza las instalaciones de baños en los espacios públicos?
El estudio consideró la identificación de necesidades a través de entrevistas y grupos focales con personas que representan a las poblaciones más vulnerables.
Personas migrantes
Tanto San José como Barranquilla se caracterizan por la presencia de población inmigrante, cuyos representantes mencionaron la carencia de baños adecuados en las terminales de transporte intermunicipales. Recalcaron la necesidad de instalaciones de baños con duchas que garanticen la seguridad y privacidad, así como la relevancia de la disponibilidad de lockers y productos de higiene. En este contexto, podemos inspirarnos en la experiencia del Ministerio de Ferrocarriles de India, el cual ha desarrollado un manual de normas y especificaciones para las estaciones de ferrocarril, en el cual se establecen las áreas que deberán estar dotadas de baños y bebederos. El manual también define los requerimientos mínimos de diseño, considerando acabados, materiales, iluminación, señalización, frecuencia de inspección y limpieza, y aspectos de privacidad, entre otros.
Personas trans y no binarias
En el caso de la comunidad transgénero, la discriminación y la exposición a la violencia y maltrato son las principales barreras que limitan el acceso a los baños. Los gobiernos deben poner en marcha medidas para erradicar comportamientos de abuso y violencia de género y, de esa manera, garantizar la dignidad y la no discriminación, así como el acceso seguro a los baños en espacios públicos. Eso podría significar considerar la implementación de un tercer espacio para personas de género no binario u optar por baños de género neutro.
Personas sin hogar
Los habitantes de calle dependen aun más de los baños en los espacios públicos para cubrir sus necesidades básicas. Sin embargo, se les suele negar el acceso a estas instalaciones por discriminación y la falta de recursos para el pago de una tarifa cuando así se requiere. Además de productos básicos de higiene como papel higiénico, jabón, productos de higiene menstrual, las soluciones específicas para las personas sin hogar deberían incluir productos adicionales de aseo, así como instalaciones para el lavado de ropa.
En muchos lugares, incluyendo San José y Barranquilla, programas particulares orientados a este grupo han sido implementados desde los gobiernos, y en la mayoría de los casos desde ONGs financiadas por donantes. Sin embargo, las iniciativas parecen ser insuficientes, y en algunos casos insostenibles en el mediano plazo por la falta de recursos.
Personas con discapacidad
Los espacios públicos tampoco suelen estar adaptados a las personas con discapacidad. Cuando existen, la mayoría de las soluciones sólo tienen en cuenta la movilidad, ignorando otros tipos de discapacidades como las deficiencias visuales y los trastornos psicológicos y mentales. Este déficit de accesibilidad limita el uso de los espacios públicos por parte de este colectivo.
En el Reino Unido y Australia existe una iniciativa especial para las personas que requieren un alto grado de asistencia para utilizar el baño, con instalaciones adicionales denominadas “changing places” (CP). La iniciativa CP prevé habitaciones equipadas con inodoro, lavabo, elevador, banco cambiador y ducha para adultos y un espacio más amplio para acomodar a varias personas si alguien necesita ayuda.