Report.2022

Voces de la respuesta del sector Agua, Saneamiento e Higiene a la pandemia del COVID-19 en Colombia

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Person facing the camera wearing white blouse and soft blazer
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Virginia Mariezcurrena
Senior Programme Manager,
Water and Sanitation

El SIWI y UNICEF llevaron a cabo un diálogo multi-actor en el que se reunieron usuarios de agua, saneamiento e higiene (WASH), proveedores de servicios, ministerios y organizaciones internacionales para analizar su respuesta a la pandemia y reflexionar sobre las lecciones aprendidas. El resultado del proceso se publicó en este informe.

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No pasó mucho tiempo desde el inicio de la pandemia para darse cuenta de que el agua estaba en el centro de la respuesta, ya que el lavado de manos adecuado y frecuente con agua y jabón figuraba como la forma más eficaz de prevenir y controlar la infección.

El impacto negativo de la pandemia en el sector WASH obligó a los actores de los diferentes sectores a replantearse sus intervenciones y a tomar medidas adicionales para responder a la emergencia. Con la intención de permitir una reflexión y un aprendizaje más profundo, SIWI facilitó este diálogo entre múltiples actores del sector en Colombia. A través de este proceso, diferentes proveedores de servicios, ministerios, usuarios, autoridades locales y nacionales, así como organizaciones internacionales, compartieron e intercambiaron reflexiones desde sus diferentes perspectivas.

SIWI documentó los resultados y la metodología en un informe durante el primer semestre de 2021. El diálogo se centró en tres perspectivas: la respuesta planificada, su implementación real y las lecciones aprendidas de la brecha entre ambas. El documento finaliza con algunas recomendaciones.

Principales resultados del diálogo

El Plan de Respuesta del Ministerio de Vivienda y Territorio. El plan de respuesta se estructuró en tres objetivos: a) reducir los costos para los más vulnerables de la población; b) garantizar el acceso de todos a los servicios de agua, saneamiento e higiene, y c) garantizar la continuidad de los servicios para todos.

 

 

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En términos generales, la respuesta liderada por el Ministerio de Vivienda y Territorio fue percibida como rápida, pertinente y eficaz por los proveedores de servicios y los agentes cooperantes. El gobierno fue capaz de identificar las necesidades existentes con respecto a la población y los operadores. El intercambio frecuente de información actualizada facilitó una mayor demanda y aceptación por parte de los beneficiarios. En las zonas rurales, hubo problemas de comunicación, principalmente en las comunidades remotas que carecen de conectividad. También fue necesario adaptar los mensajes de la campaña para integrar las cuestiones de la igualdad de género, la interculturalidad y, especialmente, las poblaciones de difícil acceso.

La coordinación intersectorial. El Ministerio de Salud coordinó con el Ministerio de Educación y otros, a través de la mesa nacional denominada Comisión Técnica Nacional Intersectorial de Salud y Ambiente – CONASA. El agua es una de las áreas en torno a las cuales se estructuró esta coordinación. La CONASA se replicó a nivel descentralizado: los Consejos Territoriales de Salud Ambiental – COTSAs, que realizaron acciones coordinadas intersectoriales del nivel descentralizado o territorial. Queda por estudiar en qué medida la coordinación a nivel nacional estaba alineada con la realizada a nivel descentralizado

La coordinación entre el gobierno nacional y las agencias/organizaciones internacionales. La dirección de la respuesta nacional se coordinó con los agentes de la cooperación internacional a través de la Agencia Presidencial de Cooperación (APC) o de forma bilateral. Aquellos con operaciones en el terreno, como por ejemplo la Embajada de Suiza en Colombia, ajustaron sus programas juntamente con sus socios bilaterales y multilaterales en el terreno y en coordinación con las autoridades colombianas. Los actores activos en la respuesta humanitaria también adaptaron los planes para emergencias preexistentes (como la crisis de los migrantes o de los refugiados) asignando recursos financieros adicionales y asistencia técnica para la respuesta a la pandemia.

El trabajo a nivel nacional fue coordinado por el clúster de emergencias (liderado por Unicef e integrado por más de 20 organizaciones), y a nivel descentralizado por el Equipo Humanitario de País y el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos. Al igual que ocurrió con la coordinación intersectorial, la alineación de estos dos niveles de coordinación fue considerada como uno de los puntos más débiles por las organizaciones participantes.

Recomendaciones

Sobre la base de las lecciones aprendidas durante el proceso de diálogo, se formularon algunas recomendaciones para aumentar la resistencia del sector ante futuras emergencias. Entre las principales recomendaciones se encuentran

  • la necesidad de aumentar la coordinación nacional-territorial entre los actores de la respuesta,
  • contar con mecanismos locales innovadores para el nivel descentralizado
  • adaptar los programas a las zonas rurales (teniendo en cuenta las especificidades culturales y de género)
  • seguir ajustando la respuesta en el caso de los servicios prestados por modelos comunitarios, y
  • ejorar los flujos de información y comunicación para actuar en tiempo real.

El diálogo se llevó a cabo de manera digital entre octubre y noviembre del 2020 y fue facilitado con la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe (LACRO) y la oficina de UNICEF Colombia. Entre los participantes se encontraban el Ministerio de Vivienda y Territorio (MinVivienda), el Ministerio de Salud y Protección Social (MinSalud), el Ministerio de Educación Nacional (MinEducación), la Comisión Reguladora de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), prestadores de servicios comunales de agua y saneamiento, el Banco Mundial, la Embajada de Suiza (cooperación humanitaria y para el desarrollo – COSUDE), Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y otros agentes de la cooperación internacional.

Los resultados del diálogo se presentaron en una sesión de la Semana Mundial del Agua 2021: Improving COVID response plans by coordinating multi-stakeholder platforms.

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